Ah, que difícil es encontrar un buen médico ¿verdad? Y más si son aquellos que se dedican a sectores concretos, como la dermatología, la cirugía o la odontología. De hecho, de este último sector guardo alguna que otra experiencia bastante amarga, por haberme fiado de quien no debía y por haber hecho caso omiso a mi propia intuición.
¿No os ha pasado alguna vez, que os dejáis guiar por la opinión de alguien, o por el aspecto que muestra un negocio (en este caso, un dentista) sin informaros un poco más? A mí sí, y créeme: las cosas pueden parecer muy bonitas desde fuera, y las personas pueden experimentar experiencias muy distintas las unas de las otras, pero ante todo debemos de tener una cosa clara: la experiencia del mismo lugar no miente.
¿Qué quiero decir con esto? Pues que puede que necesites arreglarte un empaste y que tu vecina te recomiende un dentista que visitó hace 3 años que estaba genial, pero que no sea lo mismo contigo. Puede que el dentista que atendió a tu vecina le practicara una solución menor, que fuera otro profesional que ya no está o que su percepción del dolor fuera distinta ¡Imagínate! Y por el simple hecho de contar con su recomendación, ahora tienes que estar sufriendo múltiples decepciones y dolores.
Puede también que desees hacerte ese empaste y que te guíes por una clínica nueva y súper bonita que acaba de abrir cerca de tu casa: sin embargo, lo que no sabemos es que dicha clínica no cuenta con experiencia suficiente y que no tiene todos los papeles en regla. Te preguntarás “¿Pero esto es posible?” Y por desgracia nosotros estaremos ahí para decirte que sí. De eso viven las estafas y las indemnizaciones, amigo mío.
Y si ya te paras a seguir modas y anuncios de internet ¡Cuidado! La cosa puede salirte aun peor. Entonces ¿Cómo podemos hacerlo para que esta compleja experiencia no nos deje más huella (y dolor en la boca y la cartera) de la necesaria? Vamos a verlo a continuación.
La importancia de la experiencia.
Para empezar, es esencial saber que un dentista con experiencia no cuenta sólo con el conocimiento técnico; también ha desarrollado una comprensión más profunda de lo que los pacientes realmente necesitan. Muchos de nosotros tememos la visita al dentista, por lo que contar con un profesional que entienda nuestras ansiedades y nos ofrezca un trato cercano y compasivo puede marcar la diferencia.
Un dentista experimentado también sabe adaptarse a las necesidades cambiantes de los pacientes. Si necesitas una intervención compleja, como la colocación de implantes o una cirugía oral, es mucho más probable que obtengas resultados satisfactorios si tu dentista ha tratado previamente una amplia gama de casos similares. Esto se debe a que la experiencia le permite predecir posibles complicaciones y tomar decisiones informadas sobre qué técnicas emplear.
Por otro lado, las clínicas que se lanzan al mercado sin una trayectoria probada a menudo no cuentan con la infraestructura ni el equipo necesario para ofrecer un servicio de calidad. Es fácil dejarse deslumbrar por una imagen moderna, pero la verdadera pregunta es: ¿tienen el conocimiento y la experiencia que requieren procedimientos más delicados?
¿Cómo elegir un dentista con experiencia?
El primer paso es hacer una investigación cuidadosa. No te conformes con las primeras recomendaciones que recibas o con lo que veas en anuncios publicitarios. Tómate el tiempo para conocer la trayectoria de la clínica y de los dentistas que trabajan allí. ¿Cuántos años de experiencia tienen? ¿Tienen especialización en áreas que necesitas?
Otro aspecto importante es la formación continua. La odontología, al igual que otros sectores, abarca una ciencia que avanza constantemente, por lo que un buen dentista no puede quedarse estancado con los conocimientos que adquirió durante su formación inicial, ya que debe seguir aprendiendo sobre nuevas técnicas, tratamientos y tecnologías. De modo que, si un dentista no está actualizado, podrías estar perdiendo la oportunidad de recibir el mejor tratamiento disponible.
La transparencia también es fundamental. Un dentista experimentado debería ser capaz de explicar de forma clara y comprensible todos los pasos de cualquier tratamiento, incluidos los riesgos y las expectativas de resultados. Si sientes que el profesional se muestra evasivo o poco claro sobre lo que va a hacer, probablemente deberías reconsiderar tu elección.
Otro aspecto que debemos considerar es la presencia web de dicho dentista. Ya sabes que hoy en día la presencia online de cualquier negocio puede hacer una gran diferencia, así que no la pases por alto. Si un dentista dispone de buena experiencia, lo dejará claro en un apartado dedicado a ello, justo como hace Mesiodens. De hecho, las clínicas que se preocupan por mostrar su experiencia ante el público en todo momento, suelen contar incluso con un sistema de reseñas visibles que se basan en las opiniones de sus propios clientes ¡De modo que no pierdas detalle!
Al final lo barato puede salirte caro.
Es muy común que, al buscar servicios médicos, nos sintamos atraídos por precios bajos u ofertas tentadoras. Sin embargo, como dice el dicho lo barato puede salirte muy caro, especialmente cuando se trata de la odontología. Al elegir un dentista o una clínica que ofrece tarifas muy por debajo del promedio del mercado, podrías estar comprometiendo tu salud dental a largo plazo.
Las clínicas que ofrecen precios excesivamente bajos pueden hacerlo porque utilizan materiales de calidad inferior, cuentan con personal menos experimentado o no invierten en equipos modernos y tecnología avanzada. Si bien al principio parece que estás ahorrando, la realidad es que los resultados pueden no ser los que esperabas. Un empaste que no esté bien colocado, por ejemplo, puede acabar costándote más si tienes que someterte a un tratamiento adicional para corregirlo.
Además, si el tratamiento no se realiza correctamente, las complicaciones pueden surgir más adelante, lo que llevará a más visitas al dentista, más procedimientos y, por supuesto, mayores gastos. En muchos casos, el tratamiento inicial barato solo resuelve un problema superficial, mientras que el gasto real lo pagarás más tarde en términos de salud dental y dinero.
Es por eso que siempre es recomendable priorizar la calidad y la experiencia sobre el precio cuando se trata de tu salud bucal. A largo plazo, la inversión en un dentista experimentado y un tratamiento de calidad es más rentable que optar por soluciones baratas que comprometan tu bienestar.
Cuidado con las modas de internet (Como la ortodoncia invisible).
En el ámbito de la odontología, hemos sido testigos de cómo las modas como la ortodoncia invisible se han popularizado a través de anuncios en redes sociales y plataformas online. A primera vista, la idea de corregir nuestros dientes con un tratamiento aparentemente sencillo y menos visible parece tentadora, pero es importante tener cuidado.
La ortodoncia invisible, como los alineadores transparentes, puede ser eficaz para algunos pacientes, pero no para todos. Muchas veces, los tratamientos ofrecidos a través de las redes sociales no cuentan con la supervisión directa de un profesional, lo que puede originar resultados insatisfactorios o incluso dañinos. Al no ser personalizado, este tipo de ortodoncia puede no adaptarse correctamente a la mordida o alineación de tus dientes, lo que puede causar dolor, desplazamientos no deseados o incluso complicaciones más graves a largo plazo.
Es importante recordar que, aunque las modas pueden ser atractivas, siempre es mejor consultar con un dentista experimentado que pueda ofrecerte un plan de tratamiento adecuado a tus necesidades específicas. La ortodoncia invisible puede ser adecuada en algunos casos, pero siempre debe ser evaluada por un profesional que garantice que se adapta a tus necesidades de manera correcta y segura.
¿Qué pasa si algo sale mal?
Es inevitable: a veces las cosas no salen como se planean. Sin embargo, un dentista experimentado sabrá cómo manejar cualquier complicación que surja. La capacidad para gestionar situaciones imprevistas y adaptarse es otra razón por la cual la experiencia es tan importante.
Por ello es bueno que sepas que un profesional experimentado sabrá hacer bien su trabajo, y además, también contará con los medios adecuados para hacer frente a cualquier complicación que pueda surgir. Las clínicas con una larga trayectoria cuentan con protocolos establecidos para manejar imprevistos, asegurándose de que el paciente reciba la atención necesaria en el menor tiempo posible.
La diferencia entre precio y calidad.
Así que ya sabes, aunque la experiencia y la calidad de los servicios no suelen ser baratos, el ahorro a largo plazo vale la pena. Un dentista experimentado puede ofrecerte un tratamiento más eficaz que minimice las probabilidades de tener que hacer correcciones en el futuro, lo que podría ahorrarte dinero a largo plazo. A veces, el precio de un tratamiento barato puede implicar más visitas, más dolor y, en última instancia, más gastos.
No te dejes guiar solo por el exterior; investiga, pregunta y, sobre todo, confía en profesionales que demuestren su experiencia con hechos. Y por lo que más quieras, no sigas consejos de cualquiera ¡Ten tu propia opinión! Te salvará de muchas decepciones.