Las cocinas han sido, a lo largo de la historia del cine, testigos de las más tórridas escenas sexuales. Sin duda, la escena más caliente que tiene lugar en una cocina, la protagonizan Jessica Lange y Jack Nicholson en la película El Cartero Siempre Llama Dos Veces, film basado en la novela del mismo título del escritor James M. Cain, y que en una primera versión habría sido protagonizada por Lana Turner. Incluso se llego a sospechar que la famosa escena en la mesa de la cocina era una escena de sexo real, rumor que fue desmentido con el tiempo.
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Otra gran obra maestra del séptimo arte donde la cocina cobra protagonismo es El Cocinero, El Ladrón, Su Mujer Y Su Amante, una película británica de 1989, escrita y dirigida por Peter Greenaway y protagonizada por Richard Bohringer (el cocinero), Michael Gambon (el ladrón), Helen Mirren (su mujer) y Alan Howard (su amante).
El cocinero, el ladrón su mujer y su amante, Peter Greenaway
Michael Gambon, interpreta a Albert Spica, un mafioso, vulgar, desagradable y despiadado, propietario de un restaurante, “La Holandesa”, en el que suele reunirse con sus esbirros, lo igualmente repugnantes, miembros de su banda de delincuentes, ladrones y asesinos. El personal del restaurante, a excepción del cocinero, Richard Borst, interpretado por Richard Bohringer, sufre las continuas humillaciones de su jefe, Spica, que tampoco tendrá ningún reparo en mostrar su absoluto desprecio por la clientela del local. Su desgraciada mujer, Georgina (Helen Mirrer), también es a menudo el blanco de sus ataques de ira y maldad, llegando a agredirla físicamente en varias ocasiones.
Pero un día aparece un interesante cliente del restaurante, que poco a poco se fue haciendo habitual, Michael (Alan Howard). Michael es culto, refinado, educado, diferente al resto de los clientes que solían frecuentar el restaurante, precisamente su costumbre de leer un libro sentado a la mesa del restaurante mientras come, también provocaría las burlas y el desprecio del tirano Spica. Georgina se fija en este ilustrado y él en ella, y comienzan una romántica y apasionada relación secreta. La cocina del restaurante, será testigo de su amor, junto al cocinero, Richard (Richard Bohringer) y los empleados, que ayudarán a que la pareja no sea descubierta por el brutal Spica.
Este romance no durará mucho, al ser descubiertos los amantes, por uno de los esbirros de Spica, que los delata, provocando la más terrible de las iras en este último, y haciendo que la pareja huya y se esconda en una biblioteca, probablemente el último lugar donde entraría Spica. Pup, un pequeño ayudante de cocina será el encargado de llevar comida a los fugados amantes, hasta que el marido se entera y le tortura para que confiese donde se encuentra la pareja. Pup, será obligado a comerse sus propios botones y a continuación le arranca el ombligo con un cuchillo.
Los amantes son, entonces, descubiertos, y aprovechando la ausencia de Georgina, entran en la biblioteca donde se encuentra Michael y lo matan, asfixiándole con las hojas de los libros que allí se encontraban. Georgina, rota de dolor, planea, junto al cocinero una terrible venganza contra su marido, cocinarán a Michael y obligarán a Spica a comérselo, a la vista de todas sus víctimas.