Existen varias cuestiones que marcan la diferencia entre la vida tal y como la entendemos ahora y la vida tal y como la entendíamos hace tan sólo un par de décadas. Por aquel entonces ya empezaba a asomar la cabeza un nuevo invento que parecía destinado a ir cambiando nuestras vidas poco a poco: Internet. Dos décadas después, se ha convertido en una realidad ese cambio. Pero ha llegado en una proporción que ni siquiera nos podíamos haber imaginado. Y es que hoy, en pleno 2018, con Internet podemos comprar, mantenernos en contacto con nuestros conocidos e incluso trabajar. Menuda proeza.
Tim Berners Lee, uno de los padres de Internet (ya que inventó el WWW) apuntó en un artículo del que se hizo eco el diario El País el pasado 14 de marzo que debíamos celebrar que más de la mitad de las personas que hay sobre la faz de la Tierra tuvieran acceso a un elemento tan básico como lo es la red. Pero añadía que el hecho de que unos tuvieran acceso y otros no estaba haciendo posible que existiera una gran brecha, una gran diferencia, entre quienes pueden disfrutar de él y quienes no.
El artículo de El País es sumamente interesante porque abre un debate que es fundamental para la sociedad que se está generando en un país como lo puede ser España: ¿Es Internet un lujo o una necesidad? Lo cierto es que cualquiera de las dos posturas tiene argumentos para defenderse. Es un tema interesante y que habría que elevar a las altas esferas. Si resultara ser una necesidad, probablemente no estaríamos consiguiendo satisfacerla para la totalidad de la población.
La Organización de las Naciones Unidas ha operado en otro sentido. En junio de 2011, tal y como informó la agencia Europa Press, declaró el acceso a Internet ya no como una necesidad, sino como un derecho humano, lo cual da a entender, teniendo en cuenta ese debate generado por el diario El País, que Internet es más una necesidad que un lujo. Este modo de operar de la ONU ha sido del todo acertado puesto que ha conseguido que muchos gobiernos de muy diferente consideración pongan buena parte de sus esfuerzos humanos y económicos en garantizar el acceso a la red.
La verdad es que en España estamos de suerte. Mientras que en países como China el gobierno sigue bloqueando palabras como “democracia”, en España cada vez tenemos más posibilidades de acceder a todas esas ventajas proporcionadas por Internet. La red es un mecanismo que incluso nos está permitiendo trabajar desde casa, lo que da buena cuenta de la importancia que de ella se desprende. La población española lleva años dándose cuenta de la importancia que tiene el hecho de disfrutar de Internet dentro de nuestro propio domicilio. Tal y como aseguran desde Wificom, una entidad encargada de la instalación de Internet, se ha producido en los últimos tiempos una explosión de familias y particulares que no han querido dejar escapar la ventaja de contar con Internet sin necesidad de salir de casa.
Y en el futuro… ¿qué?
Los más curiosos se preguntan qué ocurrirá con Internet en el futuro. Da la sensación de que la sociedad no puede experimentar más avances en materia tecnológica o en materia informática. Estamos tan avanzados que no somos capaces de imaginar qué viene después. Pero de lo que no le cabe duda a nadie es que un elemento como Internet tiene todo el futuro del mundo. Ha sido el elemento que ha transformado la sociedad en el siglo XXI, tal y como la transformó, por ejemplo, la imprenta. Incluso es más que posible que el cambio derivado de Internet sea bastante mayor. Seguramente muchas personas lo catalogarían como el más importante de los últimos 1000 años.
¿Qué más podría revolucionar Internet de aquí a unos años? La verdad es que, atendiendo a los precedentes, podríamos decir que todo es posible. Durante los últimos tiempos Internet ha llegado a sitios imposibles dentro de la geografía española, eliminando todo tipo de barreras geográficas y haciendo posible que sean cada vez más quienes tengan acceso a esta básica necesidad. Muchas empresas se han encargado de hacer eso posible. De esas mismas entidades depende que, dentro de unos años, Internet haya terminado de derribar los últimos muros para que todo el mundo pueda disfrutar de la red.