Internet ha sido uno de los elementos que mejor nos ha permitido analizar la realidad en los últimos tiempos. La red se ha convertido en uno de los mejores instrumentos a la hora de valorar y tener en cuenta los peligros que van implícitos a cualquier producto o servicio. También nos ha permitido saber de un modo más exacto, por ejemplo, la satisfacción de los clientes de una determinada compañía con los servicios que le presta esta entidad. La verdad es que la utilidad de Internet ha sido muy grande en lo relativo a todo lo que venimos comentando. Además, tiene pinta de que va a seguir siendo así.
Gracias a los vídeos, las noticias y sobre todo a las redes sociales, hemos sido conscientes de que en nuestras ciudades existen un montón de peligros de los que o no teníamos constancia o no habíamos sido capaces de confirmar en ningún momento previo. Ahora somos muchos más los que sabemos a ciencia cierta dónde podemos encontrarnos con un problema y cómo poder resolverlo, algo que también ha sido posible gracias al trabajo que desempeñan miles y miles de personas en un entorno como el que nos ofrece Internet.
En las grandes ciudades, un buen número de problemas se concentran en torno a los campos de fútbol, algo que puede ser considerado normal debido a la gran cantidad de gente que acude a este tipo de escenarios pero que no por ello deja de ser menos peligroso. En este año 2018 podemos recordar fácilmente los incidentes ocasionados por los ultras del Spartak de Moscú en San Mamés (Bilbao) o los que han provocado en incontables ocasiones los del equipo francés del Olympique de Marsella en la pasada Europa League.
Como seguramente ya sabréis, la UEFA y la FIFA, las grandes asociaciones a nivel mundial en lo referido al fútbol mundial, han invertido buena parte de sus esfuerzos en garantizar que la seguridad en los estadios esté perfectamente garantizada. Es por ello por lo que, al menos desde la segunda organización, se han emitido documentos como el Reglamento FIFA de Seguridad en los Estadios, que a través de Internet ha alcanzado una difusión como la que jamás había alcanzado cualquier dictamen de un organismo deportivo mundial.
En España también se han desarrollado campañas de prevención de peligros en los grandes estadios de fútbol y, en general, en los grandes eventos deportivos. Un ejemplo de ello es el compuesto por las normas de acceso a la final de Copa del Rey, uno de los eventos deportivos del año futbolístico en nuestro país y que cada año suele encontrarse entre los eventos que más organización necesita.
¿Cómo evitar problemas?
Es la pregunta del millón para todos los actores que, de una manera o de otra, tienen relación con la organización de eventos deportivos. La enorme cantidad de vídeos, de fotografías y de material que tenemos en Internet que demuestran la existencia de alguna de las grandes tragedias dentro del deporte mundial ponen en evidencia que es más necesario controlar quién entra y quién no dentro de un recinto deportivo. Es por ello por lo que, según nos han contado desde una entidad como Gestigym, los clubes y las federaciones están apostando por actualizar todos los controles de acceso que son de su competencia de un modo rápido y eficaz. Evitar cualquier tipo de incidencia es de obligada necesidad.
Es evidente que es muy difícil controlar lo que puede llegar a pasar en el caso de que miles y miles de personas se pongan de acuerdo a la hora de actuar dentro de un estadio. Pero sí que es posible que la situación no se controle en lo que se refiere a la entrada al recinto, uno de los momentos más críticos puesto que suelen ser muchas las personas que se agolpan en la entrada a pocos minutos de que comience el partido o el espectáculo en cuestión.
Es evidente que en el futuro estos sistemas de acceso a los estadios y a los pabellones tienen que seguir progresando. Es una necesidad de nuestra sociedad y una obligación que a buen seguro se nos va a exigir desde la Unión Europea y demás organizaciones supranacionales. Para mantener la seguridad en nuestros recintos (y hacer lo posible por conseguirla en sus alrededores) será más importante que nunca implicar al máximo número de agentes sociales posibles.